Hay una firma comercial presente en algunas ciudades que usa el eslogan "Yo no soy tonto". Me ha parecido apropiado para un articulillo que pergeñé en la biblioteca de la uni, a falta de mejores menesteres.
Podría muy bien haber usado el título que ha puesto en el Facebook un buen amigo con el epígrafe del maestro Unamuno, "Primero la Verdad que la Paz", (¡qué grande era don Miguel!).
Incluso, y hubiera sido lo más correcto, preciso, justo y cabal, haber puesto eso de "Y después del 25 de noviembre qué....". Digo ésto porque, después de la fecha electoral impuesta por el señor Mas, ¿qué va a pasar?. Si sale vencedor por mayoría, ¿qué va a hacer?. ¿La secesión de Cataluña?.¿Limpiarse el culo con los artículos de la Constitución?.
En cualquier caso, como yo no soy tonto y la mayoría de los catalanes tampoco, (siempre hay algún "tontolaba"), es bueno decir verdades, que no mentiras. O como dejó dicho Miguel de Unamuno: "Primero la Verdad que la Paz".
¿Y cual es la verdad?. Que Cataluña nunca fue una nación. Fue historicamente una parte del Reino de Aragón. Y antes un buen puñado de Condados. Dicho lo cual, en el caso de que Cataluña pase a ser una Nación, no van a valer los referentes usados por el catalanismo-separatismo. No vale el caso de Croacia, ni Bosnia. Tampoco Montenegro, ni Eslovenia. Podría valer el de Kosovo pero, claro, Kosovo históricamente nunca había sido una nación. En caso de llevarlo a efecto ¿qué religión se impondría a la nueva Nación?. ¿El catolicismo, el islamismo (en Cataluña los creyentes del Corán son multitud) ?. No sé yo....
Tal vez una buena solución fuera crear un Condado, ya que aquí la historia se respetaría con exactitud y justeza. Pero..., ¿cual de ellos?. ¿El Condado de Barcelona?. ¿El Condado de Urgell?. ¿Girona, Ampurias, Osona?. Yo votaría por el de Pallars Sobirá y ello por múltiples razones que no merece la pena enunciar.
Una buena opción, tal vez, sería un Principado como el de Andorra, con un Condottiero que por propia lógica sería el señyor Mas.
Pero por favor, se me abren las múltiples cicatrices de mis cirugías, cada vez que escucho eso de que "España debe devolver a Cataluña el dinero apropiado impunemente por las aportaciones y recaudaciones".
La verdad, duela a quien duela y pese a quien pese, es siempre la mejor opción. Y poner el robo de España a los dineros de Cataluña es un cuento del separatismo que uno puede o no puede creer. Pero a mi que no me vengan con cuentos porque "YO NO SOY TONTO".
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Adenda:
Ha habido un comentario que me ha dado un tirón de orejas por mi flojera histórica en el tratamiento del contenido del post. También en mi correo electrónico han entrado un par de toques sobre el particular.
Por ello, me ha parecido oportuno incluir esta adenda, intentado justificar esa relajación. El post no buscaba dar una lección de historia ni siquiera tratar los hechos del pasado con rigorismo histórico. Se trataba y se trata de dejar constancia de una preocupación mía y seguramente de otros, que es el giro separatista de los políticos catalanes.
Conozco bastante bien la historia, y si no la conociere ahí tengo la siempre manida Wikipedia, llena de gazapos y errores de bulto, pero a la que por comodidad muchos acudimos. Y sobre todo unos manuales extraordinarios a mi disposición en la biblioteca de la universidad. Si finalmente fuera preciso, podría acudir a mi antiguo profesor de historia medieval, don Pascual Martínez Sopena, (doctor Sopena, un catalán en la universidad de Valladolid, lleno de sabiduría, honradez histórica y ecuanimidad). De todos modos, al margen de afinar el violín en lo de reino y corona de Aragón o de si un condado aquí o allá, lo que se dice es verídico.
Y viene la pregunta del millón: ¿importa la historia?. Claro que importa. Somos y venimos de los hechos históricos. Es tan importante la historia que algunos se la inventan, la trastocan, la corrompen para justificar actos o decisiones.
Si finalmente se lleva a efecto la independencia de Cataluña habrá que reformar la Constitución, una Constitución, no lo olvidemos (y esto sigue siendo historia) que nació para integrar a los nacionalismos.
No hubiera sido necesario dar ninguna explicación. Este es un blog personal, sin pretensiones, y en él pongo lo que me parece mejor o lo que me pide el cuerpo. Siendo cierto lo anterior, también lo es que tengo buenos amigos catalanes que pueden pensar distinto, y eso no debe ser ningún obstáculo.
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Adenda:
Ha habido un comentario que me ha dado un tirón de orejas por mi flojera histórica en el tratamiento del contenido del post. También en mi correo electrónico han entrado un par de toques sobre el particular.
Por ello, me ha parecido oportuno incluir esta adenda, intentado justificar esa relajación. El post no buscaba dar una lección de historia ni siquiera tratar los hechos del pasado con rigorismo histórico. Se trataba y se trata de dejar constancia de una preocupación mía y seguramente de otros, que es el giro separatista de los políticos catalanes.
Conozco bastante bien la historia, y si no la conociere ahí tengo la siempre manida Wikipedia, llena de gazapos y errores de bulto, pero a la que por comodidad muchos acudimos. Y sobre todo unos manuales extraordinarios a mi disposición en la biblioteca de la universidad. Si finalmente fuera preciso, podría acudir a mi antiguo profesor de historia medieval, don Pascual Martínez Sopena, (doctor Sopena, un catalán en la universidad de Valladolid, lleno de sabiduría, honradez histórica y ecuanimidad). De todos modos, al margen de afinar el violín en lo de reino y corona de Aragón o de si un condado aquí o allá, lo que se dice es verídico.
Y viene la pregunta del millón: ¿importa la historia?. Claro que importa. Somos y venimos de los hechos históricos. Es tan importante la historia que algunos se la inventan, la trastocan, la corrompen para justificar actos o decisiones.
Si finalmente se lleva a efecto la independencia de Cataluña habrá que reformar la Constitución, una Constitución, no lo olvidemos (y esto sigue siendo historia) que nació para integrar a los nacionalismos.
No hubiera sido necesario dar ninguna explicación. Este es un blog personal, sin pretensiones, y en él pongo lo que me parece mejor o lo que me pide el cuerpo. Siendo cierto lo anterior, también lo es que tengo buenos amigos catalanes que pueden pensar distinto, y eso no debe ser ningún obstáculo.