martes, 12 de febrero de 2013

El latín




Es importante saber latín. Que se lo pregunten a la periodista italiana Giovanna Chirri, que captó el mensaje de la impensable dimisión del Papa, comunicado al Consistorio en latín esta mañana de lunes, y que ella transmitió en primicia al mundo entero.


La noticia está en todos los medios y no soy quien para ponerme a "pontificar" sobre ello. Tal vez dar mi opinión en este blog, opinión a título personal. Y mi opinión es que este Papa nunca debió aceptar su elección. Pudo rechazarla y seguramente no lo hizo por obediencia y por humildad. Después del "huracán" Wojtyla, cualquier electo lo iba a tener muy complicado. El Papa polaco, aperturista en lo supérfluo y regresivo en lo fundamental, había llevado a la Iglesia a unos altos niveles de popularidad. El Papa alemán, negativa e injustamente, (en mi opinión), valorado, ha demostrado un coraje y una firmeza admirables, denunciando y poniendo el dedo en la llaga en aspectos muy sensibles de la posición de la Iglesia. Lo reconozco, siempre me gustó este Papa culto, refinado y de una profundísima formación, teológica principalmente.

Y esto del latín me trae a la memoria otro tema histórico; el Tratado de Sahagún del lejano 1158, firmado por  los reyes Fernando II de León y Sancho III de Castilla, hijos de Alfonso VII, el Emperador. Este Tratado disponía que, en caso de fallecer uno de los reyes sin "hijo legítimo", el reino pasaría al otro monarca. Pues bien, al morir Enrique I de Castilla, al viejo y poderoso rey Alfonso VIII (el de las Navas de Tolosa) ya no le quedaban hijos varones, pero sí una hija: Berenguela, que casada con Alfonso IX de León había tenido dos hijas y un hijo: Fernando (el futuro Fernando III el Santo).

El tratado de Sahagún estaba, como no podía ser de otro modo, escrito en latín y el término latino "filio", tanto podía significar hijo como hija. Ese fue el gran logro de Berenguela, que los Concejos castellanos la apoyaran y los obispos también, (los nobles andaban revueltos, con el poderoso e intrigante Álvaro Nuñez de Lara a la cabeza). Y así fue como Berenguela, "filio" de Alfonso VIII quedó legitimada como heredera del trono de Castilla, delegando hábilmente en su hijo Fernando como rey de Castilla, que al morir su padre (Alfonso IX de León) pasaría a serlo también de León, unificando definitivamente los dos reinos.

El latín. El latín fue y sigue siendo muy importante. Me voy a apuntar, sin "ánimus jocandi", a clases de latín en la universidad y desempolvar los diccionarios que guardo de mi etapa de seminarista.