lunes, 19 de marzo de 2007

Seta de San Jorge


Corrillo con cuatro ejemplares de la seta de San Jorge o "Calocybe Gambosa":

- Hola Jerónimo, te esperamos el fin de semana en Renedo. Ya sabes para qué..
- Pero, ¿ se ha quitado ya la nieve de esas benditas montañas ?
- La nieve, como bien sabes, perdura casi todo el año en los neveros y en los abesedos, pero en los pastos altos ya llega la primavera.
Hace años que mi buen amigo Modesto, (su nombre hace honor a su extrema modestia y calidad humana), me viene llamando por estas fechas, animando mi curiosidad para acompañarle a recoger las primeras "setas de San Jorge".

 Apenas retiradas las nieves de las praderas resguardadas del Valle de Valdetuéjar, en las soleadas laderas de Peñacorada, las codiciadas setas de San jorge, o "lágrimas de la Virgen de la Velilla", como las llaman en el recóndito vallecillo, salen del mullido suelo en grupos pequeños. Dicen por aquí que las de San José (19 de marzo) son las más sabrosas o perfumadas, si bien la denominación de "San Jorge" lo es por la fecha del 23 de abril, día del santo  del dragón. Aunque se vienen dando hasta el verano, el refranero popular dice aquello de" las de abril pa mi, las de mayo pa mi hermano y las de junio pa ninguno".

Es el valle de Valdetuéjar, por su belleza sin igual, su sencillez casi insultante y su recóndita situación, al norte de la província de León, entre Cistierna y Guardo, uno de los templos de la "calocybe gambosa", "seta de San Jorge", "moixernons" o "perretxiko" como la llaman los vascos y navarros euskaldunes. Los pocos habitantes de estos pueblos han encontrado en ella una fuente inesperada de riqueza. Una empresa familiar vasca les compra la producción íntegra a buen precio, pidiendo discreción y guardando la noticia de la abundancia para evitar los abusos de los "domingueros urbanitas", que bolsa de plástico en ristre,  acaben con este tesoro.

En estas soledades, amparados por Peñacorada y San Guillermo, se dice que permanecieron recluídas algunas familias de la nobleza visigoda, empujados por el avance del califato de Córdoba. Sea como fuere, los buenas gentes de este valle son rubios, de ojos claros y tez blancuzca, muy distintos de los vecinos de Puente Almuhey, Cistierna y Guardo.

Las piedras con las que se construyó el Hospital de la Regla en León fueron desmontadas de las ruinas del viejo palacio de Renedo, en el que vivieron las nobles familias de "De Prado", "Reyero" y otras. Y su león rampante, que aparece en el escudo de España, viene de estas tierras.

Se me hace la boca agua soñando con la sopa de pan moreno, (mezcla de trigo y centeno cocido en el viejo horno de la casa de Modesto) y setas de San Jorge. De la espaldilla de lechazo perfumada con las setas de San Jorje. De las suculentas y sencillas "Patatas Rellenas" con las setas de San Jorje y de ese postre de reyes, que es su flan de San Jorge, (un flan casero sembrado con finísimas lamas de la codiciada seta). Esto es lo que podríamos llamar un menú completo de Setas de San Jorge o Lágrimas de la Virgen de la Velilla. 

Aprovechando este post, no resisto la tentación de acompañar la receta de las "Patatas rellenas con las setas de San Jorge", sencillo y suculento bocado que os animo a practicar. Nada más fácil: 

Patatas rellenas con setas de San Jorge: 
Patatas_rellenas_con_setas_de_San_JorgeLas patatas rellenas con setas de San Jorge, se pueden cocinar con setas secas con lo cual es un plato, que para los amantes de éstas, lo podrán elaborar en cualquier estación del año adquiriéndolas en cualquier comercio especializado, si bien la seta fresca es inmejorable.
Ingredientes:
4 patatas grandes (de unos 200 gramos cada una), 100 gramos de mantequilla, 2 huevos batidos, 2 decilitros de leche caliente, 60 gramos de queso rallado para fundir, 25 gramos de setas de San Jorge secas, (verdes menos cantidad), nuez moscada, pan rallado y sal.
Preparación:
Dejamos en remojo las setas de San Jorge durante toda una noche y en el momento de cocinar el plato, las escurrimos y salteamos. Lavamos bien las patatas y las ponemos a hervir enteras y con piel durante unos 20 minutos. Una vez hervidas, las partimos y vaciamos el interior tanto como podamos intentando no romper la piel. Reservamos las patatas vacías.

Aplastamos la pulpa con la ayuda de un tenedor y mezclamos con los huevos batidos, el queso rallado, las setas, la nuez moscada y la sal, intentando que nos quede una pasta homogénea y no excesivamente clara. Rellenamos las patatas vacías con el preparado, espolvoreando por encima con el pan rallado y el resto de mantequilla y gratinamos al horno.
Nota: si os sobra la pasta de relleno, se pueden preparar unas fantásticas croquetas para el día siguiente.