Coalescencia: dícese de la propiedad o posibilidad de que dos o más materiales puedan unirse en uno nuevo.
Tradicionalmente se ha empleado el término para definir la creación de materiales por medio de la soldadura por fusión.
Hace algunas fechas me quedé absorto y pensativo. Un comentarista, a propósito de nuestra tran traida y llevada "Prima de Riesgo", (juro por mis ancestros que no conozco al tal Riesgo ni a su Prima), dejó esta perla: "Nuestra Prima de Riesgo es el fruto de una Coalescencia entre los Mercados y los Inversores" (sic). Ni lo entendí entonces ni lo entiendo ahora. Es un palabro de esos que se usan para no decir nada. O mejor aún, para dar a entender que el tema es para iniciados, no para los mortales del día a día.
Todo hubiera quedado ahí, en el limbo de las incoherencias o de los absurdos, de no haber sido por una visita a una Vinoteca para comprar unas botellas de Clarete de Mucientes, para beber fresquito y en porrón. Un placer de dioses al alcance de pocos mortales. En la tienda, curioseando por aquí y por alla, me encontré con un Cava. "Cava Sólido de Agustí Torelló". Y una información de ficha de cata: "se trata de un cava creado por la coalescencia entre los mostos exprimidos y los primeros procesos de fermentación".
Otra vez el vocablo Coalescencia. Y digo yo, si un término vale por igual para tan dispares propósitos, ¿no será que nos estamos inventando el lenguaje para barnizar los significados?. Aquí no se trataría de innovación, sino de una mala praxis gramatical que oculta ignorancia o, peor aún, mala intención.
