miércoles, 6 de marzo de 2013

Rubias







Desde hace unos días me viene rondando una incógnita, un interrogante que me causa una cierta desazón. Todo ocurrió cuando me encontré con la cara de una tal Corina que parece ser la culpable de la caída en desgracia de nuestro rey Juan Carlos y la benefactora de nuestro país en proyectos empresariales, principalmente  en el mundo árabe.

Con ser un conjunto o disjunto, un sinónimo o antónimo de cierta enjundia, lo que me trae realmente de cabeza es la afirmación de la tal Corina de que era muy difícil para una mujer moverse en esos terrenos de mediación empresarial, rematando con aquello de que la cosa se complicaba por el hecho de ser rubia.

¿Es realmente un problema ser rubia?. Desde siempre se ha dicho y se ha escrito con cierta mofa acerca de la capilaridad. Yo soy un lego, un verdadero ignorante, en esta materia, pero mi amigo Ventura, que tiene una peluquería en Madrigal, me jura que el tinte más vendido es el rubio en sus distintas variantes. Una buena parte de las féminas quieren ser rubias, luego no debe ser tan problemático, a no ser que volvamos a aquello de Eva y la manzana de la discordia.

En mi escasísima experiencia de juventud, recuerdo que las que a mi realmente me entonaban eran las pelirrojas. Si, si, como lo digo!. Las pelirrojas, y si encima eran pecosas, casi siempre componían un cóctel explosivo.