Bajo el lema de Tzvetan Todorov de "Todos somos hijos de la Ilustración", la editorial Laetoli viene editando obras de los autores más radicales de la Ilustración. Son libros en su mayor parte ausentes de la lengua española, dada su radicalidad y la situación política y religiosa de nuestro país.
Tengo un buen amigo de juventud que gusta de beber en en estas escondidas fuentes y que me regaló hace algún tiempo "Cartas a Eugenia" de Holbach, no atreviénsose, según él, a obsequiarme con "El cristianismo al descubierto" del mismo autor.
Mi total desconocimiento del personaje y de su obra y la lectura del libro recibido me llevó a comprar otro de sus tomos, editados todos por esta editorial: Etocracia.
Si pones en la red el vocablo etocracia te remite sin atajos a esta obra y a su autor. Reconozco mi creciente fascinación por Holbach y su importantísimo papel en la Ilustración.
Etocracia significa literalmente el poder o gobierno de la ética o de la moral. En los tiempos que nos tocan vivir y, centrados en este país al que algunos seguimos llamando España, a mi la lectura del texto me ha hecho meditar. Y digo meditar, al hacer un traslado mental de esa premisa de gobernar bajo la ética.
¿Estamos siendo gobernados actualmente bajo las premisas de la ética o la moral?. Yo creo que sí, pero en un sentido regresivo. Me explico: creo que pocas veces como en los tiempos actuales la falta de ética, la amoralidad, han empapado a una clase política que se multiplica como una plaga bíblica en comunidades, cabildos, ayuntamientos, diputaciones y entidades de distinto pelo. En mi tímido acercamiento a la historia yo no encuentro situaciones similares.