jueves, 10 de enero de 2013

Pacotilla


Dice el diccionario, referente al término pacotilla, que tiene una doble significación. Por un lado, dentro de las costumbres marítimas, venía a ser el derecho, hasta el siglo XVII, que reconocía a los marinos el disponer y cargar en el barco mercancías de manera gratuita.

También, y ésto me interesa más, se refiere a personas, objetos o mercancías de poca calidad y escaso valor. 

Ya desde muy antiguo se usaba esta locución o vocablo, como en el caso de los "Relatos maravillosos" de Pseudo Aristóteles, en referencia al asentamiento de los fenicios en Cádiz (Gadir), con la descripción: "Se dice que los primeros fenicios que navegaron hacia Tertessos obtuvieron en sus intercambios comerciales, a cambio de aceite y pacotilla, una cantidad de plata tal que ya no pudieron guardarla ni darle cabida....". Los objetos de pacotilla fueron la manera corriente en la que los exploradores de todos los tiempos y nacionalidades entregaban a los nativos a cambio de metales preciosos y objetos de valor.

Pero ni siquiera ésto me interesa en el presente post. Me quiero referir a nuestros políticos de pacotilla. Esa clase que ha conformado la mayor mediocridad probablemente de nuestra historia. 

Si nos centramos en los dos últimos presidentes de nuestra democracia y, a falta de criterio temporal para valorar con profundidad a Mariano Rajoy, yo opino que la mediocridad se ha apoderado de las costumbres, los valores e incluso las leyes. Por eso podría haber titulado el post como el triunfo de los mediocres. Unos políticos de pacotilla, de escaso o nulo valor y de exígua calidad. Y ésto no es algo excepcional, es o parece ser una norma general. Y da lo mismo que uno mire al conjunto del gobierno de España que al de sus comunidades o entidades menores. Cuanto más mediocre más capacitado para ser electo y elegido. Y esto me lleva a otro pensamiento o sensación. ¿Por qué elegimos a los mediocres?.

jueves, 3 de enero de 2013

Diálogo de besugos


"Diálogo de Besugos", alguien (Armando Matías Guiu) dejó dicho que La política es, a veces, como un “diálogo para besugos”. Nadie dice lo que piensa; Algunos, no piensan lo que dicen; aquellos, piensan y no dicen; éstos, nadie sabe lo que piensan; de los de más allá uno piensa que piensan, pero ellos no piensan que uno piensa . Uno, en su simplicidad, no puede estar más de acuerdo.

Hoy, jueves día 3 de enero, me ha tocado viajar a Aranda de Duero y, entre visitas a hospitales, farmacias y centros médicos escuché en las salas de espera conversaciones de todo pelo. Es curioso. Las salas de espera de nuestra sanidad son lugares de asepsia mental gratuita. La gente se vuelve locuaz y parlanchina en estos sitios. Allí escuche el tema del euro por receta en Madrid y que pronto llegaría a Castilla y León. Que los 400 euros a los parados de larga duración, a los desheredados y a punto de entrar en la miseria más miserable, se les iban a prorrogar. Que los mercados internacionales habían aflojado la presión sobre España. Que a este paso la ansiada recuperación económica llegaría en un par de años. Que este gobierno le iba a poner a Gibraltar las cuentas claras. Que la Cospedal, a parte de rebajar las prestaciones sociales de Castilla La Macha, ganaba un "guevo y la yema del otro". Que, ¡menos mal! que este gobierno, sin hacer ruido, había conseguido rebajar las muertes por accidente en las carreteras españolas. Qué....

Y aquí se lió. Alguien dijo que si en "las carreteras españolas se incluían las catalanas y las vascas". Y se armó el belén. Que no, que las estadísticas en Cataluña iban al margen y que en el País Vasco sucedía o iba a suceder los mismo. Que no hay derecho. Que este es un país roto por los separatistas y extremistas. Que patatím, que patatán.

Un diálogo de besugos. Un guirigay que es el fiel reflejo de lo que uno ve en la televisión, escucha en la radio y lee en la prensa.

Y volví a recordar el "Diálogo para Besugos de Matías Guiu" y copié uno de sus diálogos desafinantes:

− Buenos días.
− Buenas tardes.
− ¿Tienen ustedes violines desafinados?
− ¿Cómo desafinados, oiga? Es la primera persona que pregunta por violines desafinados. Si los toca, van a parecer una gaita.
− Es para mi sobrino.
− ¿Le cae gordo su sobrino?
− No. Pero el pobre desafina cantidad musical, y así, con un violín desafinado, podrá darle la culpa al instrumento.
− ¡Qué buena idea! ¿Es suya?
− Sí, y en casa tengo más............

 Y digo yo, ¿tendrá cura este país?. ¿Nos iremos a tomar por el saco?. Depende. ¿De qué depende?. Posiblemente más de los de fuera que de los de dentro. El "abismo fiscal" de los EEUU y la firmeza del mercado alemán  nos van a marcar la pauta.

Bueno, siempre nos quedará Amancio Ortega, nuestro empresario estrella, que ha conseguido situarse en el ranking de los CUARENTA MAS RICOS DEL MUNDO con un honrosísimo tercer puesto, solamente superado por el eterno Bill Gates y ese mejicano que nadie sabe a lo que se dedica, llamado Carlos Slim. Un Amancio Ortega con una fortuna que pronto superará el PIB de un país al que llamaban España.

miércoles, 2 de enero de 2013

Gracias




Gracias por seguir.....
¿Por seguir qué?

Gracias por tener.....
¿Tener ?

Gracias por respirar
Respirar

Gracias por soñar
¿Soñar?. Con quién, con qué

Gracias por no perder
¿No perder?

Gracias por la capacidad de
¿De qué?


Por seguir viviendo cuando lo que te rodea muere
Por tener personas que te quieren y a las que quieres
Por respirar y suspirar
Por soñar en un futuro
Por no perder la esperanza a pesar de
Por la capacidad de reinstalar cada día el chip de la ilusión

Gracias. Gracias. Un fuerte abrazo. 

Enlace:  http://www.youtube.com/watch?v=DFZxBvUMlG0