sábado, 7 de julio de 2012

Manolo




Lo reconozco. La noticia de la detención del ladrón que robó el Códex Calixtinus en la Catedral de Santiago de Compostela me ha dejado el cuerpo para el arrastre.

El jueves 25 de agosto del año de nuestro señor de 2011 ponía un post en este blog con el título de Códex Calixtinus. "Que si una obra maestra guardada en en la caja fuerte de la catedral". "Que si tres guardianes y dos llaves maestras". "Que si el Dean". "Que si si los Canónigos".

Nada de nada. El Códex Calixtinus, así como una enorme cantidad de obras de arte, dineros y alhajas, estaba al alcance de un pobre electricista, Manuel Fernández Castiñeiras. Manolo para la familia. Manoliño pra os amigos.

Diez largos años robando limpiamente objetos de arte mediavales de altísimo valor, hasta 1.200.000 euros (encontrados en su garaje), posiblemente las recaudaciones de los cepillos del templo catedralicio. Allí, en su garaje, aparecieron ocho copias miniadas del mismo Códex, un "Libro de Horas" medieval iluminado de valor incalculable.

Pero, ¿qué pasa?. ¿Que la catedral no tiene un registro de bienes artísticos?. ¿Las autoridades catedralicias, Deán y Canónigos incluidos, no llevan una contabilidad de ingresos?.

Tendré que hablar con Don Julián Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela y antiguo compañero del Seminario de Astorga.