Esta mañana me decía mi amigo Manuel que la nueva normativa europea había forzado una subida de más del 40% en el precio de los huevos.
"Manda huevos", que dijo Federico Trillo, cuando presidía la Cámara Alta, la del Congreso de los Diputados.
Parece ser que la Comunidad Europea, más preocupada por el bienestar "gallinil" que de la economía y buena salud de los ciudadanos de la Unión, no se le ocurre otra cosa que obligar a los productores y exportadores de huevos a reformar sus instalaciones. Nada de naves y jaulas de hierro galvanizado. Nada de explotación animal con encendidos y apagados de luces, imitando el ciclo natural del día y la noche Nada de maltrato animal poniendo una música que incite a la deposición huevera. Nada de nada.
A las gallinas hay que tratarlas como dios manda. Unos habitáculos con medidas amplias, climatización, buena alimentación y respeto a los ciclos y al medio natural.
Dentro de poco, muy poco, los huevos serán artículo de lujo. Olvídate de la docena de huevos a precios bajos. Se acabó el chollo.