"Más valen quintaesencias que fárragos".
En 1647 Baltasar Gracián, aquel jesuita sabio y mordaz, dio un salto enorme del hombre moderno al hombre barroco. Sus obras "El arte de la prudencia" y "Oráculo manual" salieron de las fronteras de aquella patria hispana y se asentaron en otros países, principalmente en Francia, (Pascal, Rochefoucauld y otros).
A día de hoy sus obras han resistido el paso del tiempo y han marcado la literatura, en muchos casos sin citar la fuerte, de toda esa amalgama de obras americanas sobre el éxito en las empresas o en la vida del individuo.
¿A qué viene todo este preámbulo?. Viene a que este desnortado y confuso blogero ha perdido la noción de la diferencia entre la verdad y la mentira. Es tanta la basura mediática, tantas las noticias y tan grandes las cloacas del mundo que nos rige, nos regenta y subciona que estoy a punto de entrar en estado de coma vegetativo e irreversible.