Corre el año 63 antes de Cristo y en la Roma Republicana, que no Imperial, (ésta vendrá un poco después con la guerra entre Pompeyo y Julio César, con el triunfo de éste último), se suceden acontecimientos preocupantes. Desde el -66 a.C. Catilina, al ser acusado de corrupto y malversador de los fondos públicos, encabeza una conspiración, creando una gran agitación social.
Cicerón, previa convocación del Senado en su calidad de cónsul, lanza su primera Catilinaria, con un discurso encendido que comienza con las muy célebres y recordadas palabras:
- " Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra ?....."
Cuya traducción libre al castellano vendría a ser:
- " Hasta cuando, Catilina, vas a seguir abusando de nuestra paciencia.....?"
No voy a entrar en la rica y variada historia de Marco Tulio Cicerón, (por cierto, "Cicerón" es un apodo que viene de "cicer", garbanzo en castellano. Se cree que deriva de que una verruga, similar a un garbanzo, adornaba la punta de su nariz); ni tampoco de la no menos intensa, aunque sin el peso y valor de la primera, de Lucio Sergio Catilina. Solamente decir de pasada que Cicerón fué un reputadísimo abogado, a la par que encendido orador, profundo filósofo y político republicano convencido.
¿ A qué viene todo este preámbulo enrollado?. A parte de que a éste aficionado al blog le gusta la historia y puede poner en su diario lo que le venga en gana, esta mañana me encontré con un insufrible colega de profesión, envidioso recalcitrante y rencoroso. Su saludo, con una sonrisa maliciosa, fué directa a la yugular:
- "Tengo entendido que tu empresa ha premiado tu gran valía con una jugosa oferta..."!
Conociendo sus intenciones y su fijación le respondí, sabedor de que su ignorancia no le permitiría comprender nada:
- "Quo usque tandem abutere......"
Y, aunque no lo dije, lo pensé y a punto estuve de gritarle:
- "Véte a la mierda capullo !"
Lo siento, amigo blog. Ya sabes que no soy rencoroso ni mal hablado, pero me lo pide el cuerpo !.
Comentarios
ja ja ja ¡¡bien hecho amigo!!... sutil pero efectivo y con clase.
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