Castilla y León, "la Comunidad Autónoma con mayor extensión de España y el tercer territorio más extenso de la Unión Europea" (Wikipedia dixit).
Los datos demográficos del Instituto Nacional de Estadística nos hablan de una población en el 2011 de 2.543.413 habitantes, frente a los 2.555.715 del 2010. Un descenso de 12.302.
Nueve províncias con cuatro universidades (Burgos, León, Salamanca y Valladolid). Los datos son desoladores. De un total de 208 Titulaciones, una cuarta parte no supera los 20 nuevos universitarios y 23 no llega a los 10.
¿Es viable la universidad pública en esta situación?. Desde una perspectiva económica no, ahora bien, la Cultura y la Sanidad no deben medirse por un rasero netamente económico. Realmente el caso de la Sanidad es más sensible. Las cuatro universidades de Castilla y León, según los expertos, en un plazo razonable deberán racionalizarse. ¿Qué quiere decir?. Seguramente cerrar alguna de ellas y traspasar sus estudiantes al resto. ¿Cual o cuales?. Salamanca y Valladolid, por razones de peso, historia y ocupación parece que no. Burgos quedaría en situación expuesta a un cierre. ¿Y León?. Sería un problema político añadido, a parte de que el Campus de León se desgajó de Oviedo, no de Valladolid como es el caso de Burgos.
La cosa está realmente complicada. Si a esto unimos un encarecimiento desmedido en las matriculaciones y un desfase entre las viejas Licenciaturas y los nuevos Grados, la situación se presenta delicada y compleja.
Hay una exposición en el vestíbulo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, en la que, entre otras, aparece la figura que se adjunta. A mi me produce un escalofrío el símil de una Universidad en la que el alumno queda colgado y dentro de una red. Dificultades para poder estudiar e imposibilidades para encontrar un futuro final. Tremenda perspectiva. Panorama oscuro. Confuso horizonte.