Bien podría intitular este post con el nombre de "Chantre", Deán", "Canónigos", "Dignidades eclesiales", "Pórtico de la Gloria" e incluso, porqué no, con el de la "Navaja de oakland".
El pasado 7 de julio se notificó la desaparición del "Códex", custodiado en una caja fuerte en la que había permanecido más de ochocientos años, si bien la falta del mismo se constató el día 5. Múltiples han sido las hipótesis de la sustracción o hurto, que no robo o atraco, de este manuscrito iluminado a mediados del XII. Una verdadera guía del Camino de Santiago, que fue usada por el cuerpo de canónigos, archiveros y bibliotecarios del sagrado templo, hasta mediados del XVI, cayendo luego en el olvido durante largo tiempo.
Mi interés por los códices y beatos, (dispongo de una copia miniada del Beato de Liébana de "Fernando I", hoy en la Biblioteca Nacional), me han animado al estudio de estos "best-seller", (perdón por la expresión), de los siglos X, XI y XII, llegando a existir un par de ellos, ya tardíamente, en el XIII.
¿ Qué pasó en la Catedral del Santiago de Compostela ese día 5 de julio ?. Tres guardianes, dos llaves y un tesoro que parecía bien guardado. No hubo forzamiento de cerraduras y, según la máxima autoridad del templo, que no es el Arzobispo, "el que sustrajo el códice sabía bien lo que hacía". El cuerpo de canónigos, verdadera espina dorsal del sagrado templo, nombran al que será hasta su muerte cabeza de ellos: el Deán. Y aquí nos encontramos con un mundo hermético, de luchas internas, de interteses mitad divinos mitad humanos, todos ellos regidos por la púrpura y por el orden de poder.
¿ Una sustracción por encargo ?. Bien pudiera ser. El valor del códice es tan enorme que imposibilitaría su salida al mercado negro. ¿ Un poderoso misterioso que pagaría enormes sumas para poder disfrutarlo en la intimidad de su locura interior ?. Tal vez.
Todo es posible, pero la máxima de la denominada "navaja de oaklan" nos dice que en caso de duda la respuesta más sencilla suele ser la correcta. Un mundo hermético como el de la Catedral de Santiago de Compostela, para muchos el segundo (respetando a Jerusalén), y siempre después de Roma, templo de la cristiandad, con su poderosísimo cuerpo de canónigos, cuyas decisiones en nada dependen del arzobispo (a nivel de orden interno). Ahí puede radicar el asunto. Un hurto para dar un toque de aviso. Una acción para marcar el territorio. Y, ojalá así sea, un Codex Calistinus bien guardado en el templo hasta que convenga darlo a la luz
El pasado 7 de julio se notificó la desaparición del "Códex", custodiado en una caja fuerte en la que había permanecido más de ochocientos años, si bien la falta del mismo se constató el día 5. Múltiples han sido las hipótesis de la sustracción o hurto, que no robo o atraco, de este manuscrito iluminado a mediados del XII. Una verdadera guía del Camino de Santiago, que fue usada por el cuerpo de canónigos, archiveros y bibliotecarios del sagrado templo, hasta mediados del XVI, cayendo luego en el olvido durante largo tiempo.
Mi interés por los códices y beatos, (dispongo de una copia miniada del Beato de Liébana de "Fernando I", hoy en la Biblioteca Nacional), me han animado al estudio de estos "best-seller", (perdón por la expresión), de los siglos X, XI y XII, llegando a existir un par de ellos, ya tardíamente, en el XIII.
¿ Qué pasó en la Catedral del Santiago de Compostela ese día 5 de julio ?. Tres guardianes, dos llaves y un tesoro que parecía bien guardado. No hubo forzamiento de cerraduras y, según la máxima autoridad del templo, que no es el Arzobispo, "el que sustrajo el códice sabía bien lo que hacía". El cuerpo de canónigos, verdadera espina dorsal del sagrado templo, nombran al que será hasta su muerte cabeza de ellos: el Deán. Y aquí nos encontramos con un mundo hermético, de luchas internas, de interteses mitad divinos mitad humanos, todos ellos regidos por la púrpura y por el orden de poder.
¿ Una sustracción por encargo ?. Bien pudiera ser. El valor del códice es tan enorme que imposibilitaría su salida al mercado negro. ¿ Un poderoso misterioso que pagaría enormes sumas para poder disfrutarlo en la intimidad de su locura interior ?. Tal vez.
Todo es posible, pero la máxima de la denominada "navaja de oaklan" nos dice que en caso de duda la respuesta más sencilla suele ser la correcta. Un mundo hermético como el de la Catedral de Santiago de Compostela, para muchos el segundo (respetando a Jerusalén), y siempre después de Roma, templo de la cristiandad, con su poderosísimo cuerpo de canónigos, cuyas decisiones en nada dependen del arzobispo (a nivel de orden interno). Ahí puede radicar el asunto. Un hurto para dar un toque de aviso. Una acción para marcar el territorio. Y, ojalá así sea, un Codex Calistinus bien guardado en el templo hasta que convenga darlo a la luz
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