martes, 30 de enero de 2007

Una llamada, un recuerdo.......

Esta mañana he tenido una llamada imprevista de un viejo compañero del Seminario de Astorga. Han pasado tantos años que me ha costado redibujar las caras, los acontecimientos, los recuerdos.....

Es un intento muy ambicioso. Se trata de contactar con los viejos compañeros de la famosa fotografía de tercero de Bachiller, en las escalinatas hoy desaparecidas del entonces Seminario Menor de La Bañeza, reconvertido en una buena residencia de la tercera edad.

- ¿ Eres Jerónimo Carrera, el de la Cabrera....?

- El mismo !. ¿ Con quién estoy hablando ?

- Soy Jacinto !

- ¡ Jacinto !.  ¿ Qué Jacinto ?

- Si hombre si !. Jacinto, el pequeñajo, el de Armellada. Tu colega del Seminario

- ¡ Coño, Jacinto !. Ya me acuerdo !. ¿ Hay algún problema ?.

- Nada de eso. Estoy en el despacho de Pablo, en la oficina de la Caja en Veguellina. Estamos organizando, toma nota de la fecha, una comida-reunión para el cuatro de agosto en Astorga. Todo el grupo de la fotografía. ¿ No te acuerdas de ella ?. Mándanos una foto, tamaño carnet, de tu cara en la actualidad. No la retoques que te conocemos.....!
Vaya !. Ya me había olvidado de la fotografía en el Seminario Menor de La Bañeza. con don José Fernández como Tutor del Curso. Esta llamada ha disparado los recuerdos y voy rescatando poco a poco del baúl las caras, los acontecimientos y sobre todo a las personas.

¿ Qué habrá sido de mi viejo amigo José Manuel, Misionero Comboniano en el Mato Grosso de Brasil ?. Hace algunos años estaba con el famoso obispo Casaldáliga, peligrosamente, (para él), integrado en el "Movimiento de Los Sin Tierra".

Tengo controlados a varios de ellos, recuperados en mi estancia en León del 92 al 99. Aún así me faltan la mayoría. Espero de esta manera revivir un pasado feliz y lleno de ilusiones. Porque yo, señores, quería ser cura. No un cura cualquiera. Quería estudiar, una vez terminado el Seminario Mayor, en la Gregoriana de Roma. Hacer un mínimo de dos o tres carreras y luego, desde la curia, trabajar para buscar el bién común. Un viejo Agustino Recoleto, en Marcilla (Navarra), me convenció de que mis ideas no serían aceptadas en la Iglesia.

- ¡ Mira chaval !. ¡ Estás condenado a ser un proscrito. Un apestado. Un hereje !. Déjalo ahora que estás a tiempo !
Y, después de mucho meditarlo. Después de pasar unos meses de estudio y reflexión en el monasterio de la Oliva, en Carcastillo (Navarra), abandoné mis sueños y mis juveniles ambiciones.

Estoy seguro que hubiera sido un buen cura. O quizá un obispo. ¿ No es Arzobispo de Santiago nuestro viejo compañero del Seminario, Don Julián, (los gallegos lo llaman Don Xulián), Barrio ?

Comentarios

Vaya, qué casualidad. Yo también estuve en el monasterio de la Oliva cuando era seminarista, justo el año en que dejé de serlo...

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